Spanish English Latin

Usted está aquí

Preguntas frecuentes sobre el transplante

 

Llamamos vía, al acceso a un vaso sanguíneo, que se necesitará, tanto para extraer controles analíticos como para inyectar medicaciones (quimioterapia, la “infusión”, líquidos, nutrientes, antibióticos…).

 

En ocasiones, si ya has recibido tratamiento oncológico previo, puede que tengas instalado un Port-a, pero has de saber que no siempre es suficiente, dependiendo del tipo de trasplante, lo más habitual es que necesites una nueva vía, con más “luces” o canales para inyectar o extraer todo lo que necesites a lo largo de las diferentes fases del trasplante.

 

Se coloca con sedación (dormido) y justo al iniciar los preparativos para el trasplante.

La preparación para recibir el trasplante se llama “acondicionamiento”, consiste en quimioterapia o radioterapia que se da desde unos días antes del día del trasplante (aproximadamente 5-7 días) y que sirve para preparar a tu cuerpo y a tu médula a que reciba bien el trasplante (intenta que no lo rechaces). Durante estos días y como consecuencia de este tratamiento puedes sentir nauseas, vómitos, inapetencia, cansancio, nerviosismo, dolor de cabeza, caída de pelo… Se te administraran fármacos para combatir o disminuir el grado de estos síntomas.

 

Durante esta etapa no sueles estar aislado ni todavía en la habitación donde se te realizara el trasplante, los días del acondicionamiento, son una cuenta atrás -6, -5, -4…hacia el día 0, que es el día del trasplante.

El día de la infusión, o día 0, es el día en que se inyectan las células del trasplante. La técnica de la infusión de esas células es muy sencilla y similar a la de una transfusión. El tiempo aproximado de la infusión depende del tipo de trasplante (varía entre 15 minutos y 3-4 horas). La enfermera estará registrando tus signos vitales y observando por si apareciera cualquier alteración. Puedes notar nauseas, vómitos, enrojecimiento, a veces dolor de cabeza. Si las células venían con un conservante notarás un olor y sabor peculiar que se mantendrá durante 3 ó 4 días.

Generalmente en la propia habitación, donde continuarás los próximos días. Puedes estar acompañado por tu familia, (1 ó 2 personas).

 

Existen diferentes tipos de trasplante de progenitores hematopoyéticos, dependiendo del tipo de células que se infundan y del donante de esas células, tu médico te explicará qué tipo de trasplante estás recibiendo.

Puedes tenerla “decorada” a tu gusto. Con cosas que sean de tu casa o que te resulten familiares y agradables, deberás procurar que sean cosas fácilmente lavables para facilitar su desinfección y que no acumulen polvo.

El periodo post-trasplante comienza justo el día después a la infusión, se numeran los días como: +1, +2, +3… día de trasplante. Durante esta fase, permanecerás en la habitación de trasplante y en situación de aislamiento ya que el tratamiento de acondicionamiento previo que has recibido bajará tus defensas. Las cifras de leucocitos, plaquetas, etc, no comenzarán a subir hasta que no prendan en tu médula las nuevas células que te han trasplantado. Prender significa que tu nueva médula comienza a fabricar células, las primeras que suelen fabricarse, y por tanto comenzar a recuperarse con los leucocitos, que tardarán en subir dependiendo del tipo de trasplante que te hayan hecho y de tu enfermedad de base por la que has sido sometido al trasplante, pero aproximadamente será unas dos semanas. Por lo tanto, durante este tiempo se tendrá especial cuidado para evitar infecciones, y una de las medidas es estar aislado en tu habitación, con un solo acompañante (que puede ir turnándose).

 

Las plaquetas suben más lentamente, por lo menos tres semanas para empezar a subir aunque no estén completamente normales, por eso debes evitar darte golpes o producirte cortes que te provocarían hematomas o sangrados.

Cuando tu médico considere que estás lo suficientemente bien te dará el alta. En este primer permiso, deberás seguir bastante cercano al hospital, por si surgiera alguna complicación como fiebre, etc. que puedan verte pronto. Además, te citarán para verte muy frecuentemente en la consulta para ir controlándote.

 

En estas semanas puedes ir reincorporándote lentamente a lo que solías hacer antes de la enfermedad. El hacerlo de forma progresiva te ayudará por un lado a no ser imprudente y no cometer excesos y por otro a que tu cuerpo se vaya acostumbrando poco a poco a la actividad que tenía previamente, ten en cuenta que no se puede poner uno a pleno rendimiento si antes no va entrenando.

Lo habitual es que los controles se vayan espaciando conforme nos vamos alejando del momento del trasplante, alrededor del tercer mes si eres de otra provincia distinta a donde te has trasplantado quizás ya te permitan ir tu ciudad y venir de vez en cuando a revisión. De todos modos, siempre que tengas alguna duda deberías comentárselo a tu médico antes de hacer o no algo que te pueda perjudicar, ten en cuenta que hasta que no hayan pasado más meses, al menos 6, tu recuperación inmunológica (tus defensas) no se habrán recuperado completamente, y que puede que todavía precises medicación para tratar alguna de las complicaciones que hayan ido surgiendo tras el trasplante.

Tu piel ha podido cambiar durante el tratamiento oncológico y tras el trasplante, si esto sucede es conveniente adaptar los productos cosméticos a las nuevas características que tenga.

 

Tras el trasplante deberás seguir manteniendo los hábitos de higiene con las medidas que probablemente ya conozcas: duchas (no baños) con jabones con pH neutro, secar la piel con toques suaves pero sin dejar zonas húmedas, evitar traumatismos y roces por cadenas, ropas demasiado ajustadas etc.

 

Tendrás que procurar mantener tu piel bien hidratada bebiendo suficientes líquidos, empleando cremas que no tengan perfumes, también es mejor que emplees desodorantes sin alcohol.

 

Utiliza siempre foto protección (incluso en invierno y por la ciudad) y la exposición al sol debe hacerse con mucha precaución.

 

VOLVER